Los comunicadores narcisitas de México, vistos por Héctor Palacio

Federico Arreola, con su conocida habilidad para hacer enfoques críticos de opiniones de los más conocidos comunicadores, ayer nos regaló una columna por demás oportuna en donde, a partir de la que publicó en SDP Héctor Palacio, (arrobaNietzscheAristo) sobre el “narcisismo” que caracteriza a una lista, por demás arbitraria y de una percepción culterana, de algunos comunicadores mexicanos.

Conocí en alguna ocasión a Héctor Palacio cuando caminaba yo con Arreola, dando vueltas al Monumento a la Revolución de la Ciudad de México y casualmente nos topamos con el mencionado escribidor y culto tenor.

He aquí la lista de comunicadores narcisistas de Palacio, nómina en la que aclaro que no estoy totalmente de acuerdo ni con  las calificaciones, Newslist, que se da a los comunicadores en esa tabla:

“Así, los programas no tienen otro nombre, sino su nombre, ¿por qué no?, que para eso son muy buenos. Aquí va una lista representativa del fenómeno. Aclaración: que alguien se enamore de sí no significa que todos lo hagan. Lo más frecuente son las falsas autovaloraciones. Así, los talentosos periodistas aquí enlistados —todos muy objetivos—, tal vez un día como Narciso o como Adonis se miren en unas aguas transparentes y descubran su realidad (no quise decir fealdad). A semejanza de los Playlists (listas de reproducción) musicales, aquí está una Newslist o Journalistslist.

1. Joaquín López-Dóriga en Radio Fórmula y su variante López-Dóriga Digital. No mucho que decir…

2. Ciro Gómez Leyva por la Mañana o simplemente Ciro por la Mañana; solo hace falta que invite a colaborar a F. Calderón, por la amistad y mutua admiración “haiga sido como haiga sido”.

3. José Cárdenas Informa; ¿todavía sigue ahí?

4. Loret en Latinus; y en la variante con su compañero de fechorías, Brozo y Loret.

5. Ruiz Healy en Fórmula; un aldeano con raíz gringa.

6. Me lo dijo Adela. Micha no se podía quedar atrás.

 7. ¡Qué tal Fernanda!, o sea, Fernanda Familiar, una de las periodistas más objetivas…

8. Jorge Ramos News. “El inmigrante”, un pobre inmigrante…

9. Aristegui Noticias y Aristegui On Line. Un referente de objetividad que siempre ha buscado diferenciarse de sus colegas y nunca ha dejado de ser la misma…

10. Julio Astillero Informa. Otro periodista que esgrime objetividad en su labor.

Independientemente de la opinión de Palacio, creo que la autocrítica entre TODOS los que escribimos tratando de dar una opinión “centrada” sobre la compleja realidad que vive el país, de ninguna manera será un ejercicio ocioso.

Ya existe mucha confusión entre los mexicanos con las ideas de los morenos, el extravío de las oposiciones, las amenazas de Trump y el cinismo de Rocha Moya, como para que con nuestras opiniones contribuyamos a incrementar el desconcierto.

Y como dijo un clásico, ahora cae como anillo al dedo una célebre frase de otro clásico: NO SE HAGAN BOLAS.

EN TIEMPO REAL. 

1.- Muy atinada la decisión de la presidenta Claudia Sheinbaum de ratificar como embajador de México en Estados Unidos a Esteban Moctezuma Barragán. Sin duda la relación del canciller Juan Ramón de la Fuente con Moctezuma, cultivada en los años en que simultáneamente compartieron tareas en el vecino país, fortalecerá la estrategia presidencial de mantener la cabeza fría en tiempos de desasosiego bilateral.

2.- La realización de una tómbola como solución a la peligrosa polarización que ha generado la renovación del Poder Judicial, debe leerse como algo que siempre se ha vivido dentro del sistema político mexicano. Antes era la cultura de la “línea presidencial”. Ahora es lo mismo nada más que con el nombre de Tómbola. Y existe, como antes, un operador confiable como Adán Augusto López, un buen conocedor del mencionado sistema político.

3.- Aquí lo mencionamos. Y tal y como lo refirió la presidenta Claudia Sheinbaum en su Mañanera de ayer: el sábado próximo no es la fecha fatal para que EU defina aranceles a productos mexicanos. Ya los funcionarios del área de economía en EU han estado hablando de plazos que van desde tres hasta seis meses para que eso ocurra.