Testimonio del esfuerzo del espíritu humano: historia de una madre

APODACA, NL., 8 de mayo de 2025.- La perseverancia y el amor incondicional de una madre regiomontana son el motor que impulsa la búsqueda incansable de una mejor calidad de vida para su pequeña hija, quien enfrenta una dura batalla contra la parálisis cerebral con cuadriplejia espástica.
Susana Jazmín Gamboa ha dedicado años a procurar el bienestar de su niña, Ahssly Michelle Gamboa Ramírez, sorteando obstáculos económicos y emocionales con una fe inquebrantable.
La historia de Ahssly comenzó sin aparentes complicaciones. Susana relata que su embarazo transcurrió con normalidad y el nacimiento de su hija no presagiaba los desafíos que vendrían. Sin embargo, a los quince días de nacida, la salud de Ahssly se deterioró rápidamente. Lo que inicialmente fue diagnosticado como una simple gripe se complicó hasta el punto de dificultar su respiración.
“La llevamos de urgencia al Hospital Infantil y nos dijeron que tenía una infección pulmonar y que debía quedarse internada“, recuerda Susana con angustia.
Ante la incertidumbre y los comentarios de otros padres, tomó la difícil decisión de llevar a su hija a un hospital privado en busca de ayuda para expulsar las flemas que la aquejaban. Sin embargo, la fragilidad de Ahssly limitaba las opciones.
Tras agotar los recursos, Susana regresó a casa, pero la condición de su bebé empeoró drásticamente, llegando al punto de no poder llorar. Desesperada, acudió a urgencias de la Clínica 6 del IMSS, donde lograron estabilizarla. A pesar de la recuperación inicial, Susana notó que algo no estaba bien en el desarrollo de su hija.
Después de una serie de estudios, al año de edad, Ahssly recibió el diagnóstico de parálisis cerebral con cuadriplejia espástica. Los médicos informaron a Susana que su hija requeriría rehabilitación física de por vida, pero que no necesitaría medicación. Sin embargo, el camino no terminó ahí.
Una recomendación fortuita llevó a Susana a conocer a una pareja de fisioterapeutas, Chela y Evaristo, quienes brindaron atención a Ahssly durante un tiempo. Posteriormente, la pequeña ingresó al centro Nuevo Amanecer, donde recibió terapias durante cinco años, hasta que la situación económica de la familia se volvió insostenible.
La búsqueda de alternativas continuó, llevando a Ahssly a recibir equinoterapia en el DIF durante un periodo. Fue entonces cuando Susana conoció al Dr. Albeiro y su innovadora técnica de alritmo. Con la esperanza de encontrar un tratamiento más efectivo, Susana se dedicó a organizar eventos a beneficio para recaudar fondos.

Gracias al apoyo de familiares y amigos, lograron reunir lo necesario para viajar a Querétaro y someter a Ahssly a un mes de tratamiento. Aunque Susana notó cambios positivos, la continuidad del tratamiento era económicamente inviable.
De regreso en Nuevo León, Ahssly continuó su escolarización en el CAM, recibiendo terapias a domicilio. El paso del tiempo y el crecimiento de su hija hicieron que las labores de cuidado se volvieran más demandantes físicamente para Susana.
A pesar de los desafíos y el cansancio, la fe y el amor de esta madre permanecen intactos.
“Aún no me rindo, sigo buscando una esperanza y sé que la voy a encontrar, porque el amor y la fe mueven montañas“, afirma Susana con una convicción que inspira.
Su historia es un testimonio de la fuerza del espíritu humano y la tenacidad de una madre que no se da por vencida en la lucha por el bienestar de su hija.
